Casa de Contratación de Sevilla.
Regulaba des-
de la península ibérica todo el comercio entre
España y Nueva España; autorizaba la entrada
y salida de los barcos mercantes y de pasajeros;
también, llevaba el registro de los metales ex-
portados desde América, como el oro y la plata.
Virrey.
Lo nombraba el rey como su represen-
tante directo. En general, era un noble con ex-
periencia militar; se encargaba de dirigir la polí-
tica, la economía y la justicia de Nueva España,
así como de apoyar a la Iglesia en su labor evan-
gelizadora. Al concluir su mandato, se le some-
tía a un juicio llamado “de residencia” para dar
a conocer su desempeño.
Audiencias.
Eran tribunales civiles y judiciales
encargados de escuchar las quejas de los pobla-
dores, procurar la justicia y aplicar las leyes. Sus
miembros eran abogados y ejercían el poder en
caso de ausencia del virrey.
Gobernadores.
Eran designados por el rey de
España. Se encargaban de administrar los rei-
nos novohispanos, llamados provincias, como
el de Nueva Galicia, Nuevo León o Nueva Viz-
caya, entre otros. Durante la segunda mitad del
siglo X ²²², estos territorios se convirtieron en
intendencias y quienes las gobernaban eran lla-
mados
intendentes
.
Cabildo o ayuntamiento.
Estaban integrados
por grupos de personas que eran selecciona-
das de entre los habitantes de su localidad. Se
encargaban de resolver los problemas políticos,
económicos, administrativos y judiciales de la
región a su cargo. En las ciudades se le deno-
minaba
ayuntamiento
y en las poblaciones con
menor número de habitantes,
cabildo
. Tam-
bién se encargaban del reparto de tierras y de
la recaudación de ciertos impuestos.
Antonio de Mendoza, primer virrey de Nueva España.
Retrato pintado a mediados del siglo X ².
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