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Sabías que.
..
Puesto que no todos los valores tienen la misma importancia,
cuando se da un conficto de valores tenemos la obligación mo-
ral de optar por los valores superiores. Por ejemplo, no se vale poner
en riesgo vidas humanas sólo para ganar dinero; en cambio, sí es mo-
ralmente correcto utilizar una Fortuna para salvar vidas. Por ejemplo,
Oskar Schindler, un empresario alemán del acero, que no comulgaba
con el nazismo que gobernaba a su país durante la Segunda Guerra
Mundial, ayudó a salvar cerca de 1100 personas judías de Polonia.
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que a todo valor le corresponde un antivalor o valor negativo. Es decir, todos los
valores se ordenan en pares de opuestos, en los que uno es positivo, el valor, y el
otro, negativo, el antivalor. De este modo, a la lealtad le corresponde la deslealtad,
a la gratitud la ingratitud, a la bondad la maldad; la belleza se corresponde con la
fealdad; a lo justo con lo injusto y así sucesivamente.
Finalmente, la tercera característica es la jerarquización, es decir, que los valores
se pueden enlistar de acuerdo con su orden de importancia, lo que supone que hay
valores inferiores a otros, de menor importancia. Esta característica es fundamental
para resolver dilemas éticos. Elabora en tu cuaderno una tabla donde categorices
las características de los valores e incluye dos ejemplos propios.
La disciplina que toma como objeto de estudio a los valores y se encarga de discutir
su orden jerárquico es la Axiología. La palabra axiología proviene del vocablo griego
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normativa de la Axiología fue el alemán Max Scheler, quien se preguntó, en primera
instancia, cuáles deberían ser los criterios para determinar la jerarquía. De acuerdo
con Sanabria (2005), Scheler propuso cinco criterios que a su juicio trascendían
toda época y cultura:
1. Durabilidad.
Un valor es superior cuanto más dure e inferior si dura poco. La
mayor o menor duración, nos comenta Sanabria, no hay que entenderla en sentido
meramente temporal, pues no se trata de objetos. El autor nos brinda este ejemplo:
la duración de una piedra es mayor que la de una persona y no por eso la piedra
es más valiosa que la persona. En cambio, el conocimiento es más duradero que el
sabor de un buen helado de chocolate.
2. Divisibilidad.
Un valor es superior cuanto menos divisible sea, e inferior cuan-
to más divisible sea. Con ello quería decir que hay cosas cuyo valor se divide de
acuerdo con sus partes, por ejemplo, 10 kilos de toronjas valen la mitad que 20 ki-
los. Pero la mitad de una obra de arte no vale la mitad del valor de la obra en sí. La
mitad de un concierto no vale el doble que el concierto completo. Así, las cosas no
se miden igual que los valores.
Oskar Schindler
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