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Analizas los fundamentos de la racionalidad humana
en el contexto del pensamiento clásico griego
Pero para Sócrates y sus seguidores
la única verdadera regeneración política sería
la que pasa por la regeneración de cada ciudadano. La
polis
sólo sería realmente
distinta y mejor si cada uno, o al menos la mayoría,
de sus ciudadanos se esforzara
por serlo. La comunidad política no se transformaría con mejores leyes y reglamentos:
¿de qué servirían esas leyes si los ciudadanos no son capaces de respetarlas,
si aprovechan la menor distracción de la autoridad para desobedecerlas? No, las
únicas leyes que realmente pueden garantizar la armonía y fortaleza de la polis,
son las que cada hombre puede descubrir en el fondo de su alma, gracias a la luz
de la razón, guiado por el método flosófco. Una vez entendiendo la verdad, ¿cómo
podría el individuo resistirse a hacer lo mejor para la comunidad, si su vida depende
de ella?
Con esto, queda claro que para Sócrates la Ética y la política están incluidas en un
proyecto educativo y de autoperfeccionamiento que básicamente es el mismo. Así,
el flósoFo que nunca escribió nos heredó sin embargo un método para descubrir la
verdad, una ruta al autoperfeccionamiento y la libertad interior, un proyecto educativo
completo y una propuesta de regeneración política.
Quizás nunca hemos vuelto a
tener un concepto de Filosofía tan rico y completo.
Sabías que.
..
Como hemos comentado, las ideas de los primeros
flósoFos Fueron distintas
a todo lo que la gente había escuchado hasta entonces. Las reacciones más
comunes ante lo que decían estos nuevos y extraños personajes fueron el
descocierto y
la incredulidad, pero también, en ocasiones, la agresividad.
En eFecto, todo parece suponer que flósoFos como Parménides y Sócrates
se vieron obligados más de una vez a salir corriendo
de una plaza, no
siempre ilesos, perseguidos por turbas a las que exasperaban con sus
cuestionamientos y paradojas. Por algo dicen que a la gente no siempre le
gusta oír la verdad. El escritor Italiano Luciano Cánfora registra varias de
estas anécdotas en un entretenido libro dedicado al tema, cuyo título lo dice
todo: Una profesión peligrosa. Así que, sin duda, hubo algo de heroíco en la
vocación de los primeros flósoFos. Se necesitaba valor para, en tiempos en
que no había policías ni nada parecido,
y en que todo el mundo pensaba
que unas palabras equivocadas podían enfurecer a los dioeses y provocar,
por ejemplo, una sequía o una epidemia, pararse frente a una muchedumbre
y decirle que a los dioses no les importamos, o que todo lo que vemos
es falso, o que en realidad no sabemos quienes somos. ¿Crees que en la
actualidad se sigue requiriendo valor para enfrentar la verdad y defenderla?