Querido hermano:
Te envío la postal del desierto
de Arica, en Chile, para que
compruebes lo que platicamos en
Santiago, que con un poco de agua
se puede transformar el desierto en
un huerto. Espero que algún día se
logren nuestros planes de
transformar en campos de cereales
y ganado las tierras que heredamos
y que hasta ahora parecen
improductivas.
Recibe un fuerte abrazo.
Adolfo
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Desierto de Arica, Chile