―¡Qué pequeño! QuÉ desnudo y… ¡quÉ atrevido!
dijo Madre Loba suavemente. El niño se estaba
haciendo sitio entre los cachorros para acercarse al
calor de la piel . ¡Ajai! Ahora está comiendo, igual
que los otros. Así que esto es un cachorro de hombre.
Pues a ver si ha habido alguna vez una loba que
pudiera alardear de tener un cachorro de hombre
entre sus hijos.
Rudyard Kipling
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