Cuando se mete el Sol, los pobladores alumbran sus casas
con lámparas de aceite o velas y les gusta salir a ver las estrellas
y la Luna. Cuando hace mucho frío, dejan la fogata encendida
hasta que se consume toda la madera.
Estos hogares que carecen de energía eléctrica no tienen
televisión, plancha, radio, ventilador, licuadora, computadora
ni teléfono, como en los lugares que cuentan con ella.
Las personas que viven ahí dicen que ninguna
de estas cosas les hace falta porque han
aprendido a vivir sin ellas.
Emma Reyes Angulo
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