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—¡Qué buena idea! dijeron sus
compañeros.
Algunos de los aldeanos miraban por las
ventanas, esperando que los extraños se
fueran del lugar.
²¿Todavía no se van? ³preguntó un
viejo.
³¡Aquí no queremos vagabundos!
³amenazó una mujer.
Mientras tanto, los viajeros prendieron
una fogata en medio de la aldea. Sobre el
fuego colocaron una olla que encontraron
abandonada en un patio.
³Vamos al arroyo por agua ³dijo Boris.
³Está bien. Y no olviden traer
unas piedras para la sopa ´gritó Iván
para asegurarse de que todos en el
pueblo lo oyeran´; pero elijan unas
sabrosas y redonditas.
Al poco rato, los compaÑeros
de Iván regresaron con unas piedras
y las pusieron dentro de la olla.
´Esta sopa va a quedar muy rica
´dijeron los tres.