Además de saber dónde y cómo vivían los primeros habitantes
de nuestra entidad, es importante conocer su forma de pensar
y de entender fenómenos como la noche, la vida, la luna, la
lluvia y el sol, estas ideas se reflejaban en sus dioses, sus actos
ceremoniales y esculturas que representan un legado histórico.
Comencemos
Leamos en voz alta las siguientes historias.
El Viejo Ranero
Cuenta la gente que existió un hombre de nombre Linohuelli,
último sacerdote mexica originario de Atliaca, municipio
de Tixtla, el cual en temporada de lluvia era llevado por sus
seguidores a una cueva en el cerro de Texcaltzin, ubicada al
este de Tixtla. Ahí el Viejo Ranero, como era conocido por los
pobladores de dicha localidad, permanecía orando en cuclillas
hasta el término del temporal.
Dicen que durante su estancia en Tixtla, las cosechas eran muy
buenas. Sólo por citar un ejemplo, los melones, las cebollas, los
rábanos, coles, elotes y demás productos de cultivo eran enormes
y ricos: nunca perdieron una cosecha. Al parecer las personas de
esta población, por temor al Viejo Ranero, decidieron correrlo; de
ahí en adelante las cosechas comenzaron a disminuir, y aunque
Tixtla hoy en día sigue siendo una población agrícola, ya no es
igual que cuando el viejo Linohuelli oraba por ellos.
Leyenda de Tixtla de Guerrero
60
La visión del mundo natural y social
de los pueblos prehispánicos. Mitos
y leyendas
Contenido 4
¿Sabías
que…?
Una leyenda es una
narración oral o escrita.
Se transmite
habitualmente
de generación en
generación, casi siempre
de forma oral, y con
frecuencia experimenta
modificaciones.
Un mito es un relato
de acontecimientos
prodigiosos,
protagonizados por
seres sobrenaturales o
extraordinarios, tales como
dioses, semidioses, héroes
o monstruos.