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Servicios públicos
A principios del siglo
XX
la educación
era muy limitada. La gran mayoría de la
población hidalguense era analfabeta.
Los primeros intentos para abatir este
problema se dieron en plena Revolución,
cuando en 1913 el profesor Teodomiro
Manzano fundó la Escuela Normal Benito
Juárez, lo que permitió que el estado
tuviera más maestros. Años después, la
Secretaría de Educación Pública, creada
en 1921, impulsó una cruzada nacional
para establecer misiones culturales en zonas muy alejadas y desatendidas. Al llegar a
estos lugares, profesionales de la enseñanza convocaban a las personas interesadas para
instruirlas en docencia y oficios. La primera misión del país se estableció en Zacualtipán,
en 1923.
El papel de las profesoras hidalguenses ha sido muy destacado. Entre los casos más
notables se encuentran: Elisa Acuña Rosseti, que encabezó la sexta misión cultural en
San Luis Potosí; María Luisa Ross Landa, originaria de Pachuca, pionera de la educación
radiofónica, y María Hazas, impulsora de una importante generación de docentes de
instrucción básica.
Los esfuerzos realizados para atender la educación en el estado han sido muchos. Se
establecieron en Pachuca nuevas instituciones para fomentar oficios y educación tecnológica,
como el Instituto Politécnico de Hidalgo, en 1938, y el Instituto Tecnológico de Pachuca, en
1971. Previamente se inauguró el Instituto Científico y Literario, que en 1961 se convirtió en lo
que hoy es la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.
Hoy la tercera parte de los hidalguenses estudia en algún nivel educativo. Se atiende a la
mayoría de los niños en educación básica, y la educación media superior está presente en los
municipios del estado. Las carreras profesionales, particularmente de perfil tecnológico, se
ofrecen al menos en una institución de educación superior en cada región.
Pero las dificultades educativas no eran las únicas. Al inicio del siglo
XX
,
la población del
estado contaba con pocos servicios y no había programas de salud pública para atender a las
personas con problemas de desnutrición. La carencia de pisos firmes, agua potable y drenaje
en la mayoría de las viviendas incrementaba los riesgos de contraer enfermedades. Atender
a los pacientes era también difícil ante la escasez de carreteras y medios de transporte que
facilitaran el desplazamiento de expertos de la medicina.
A principios del siglo
XXI
se perciben muchos avances: dos de cada tres hidalguenses reciben
atención médica a través de centros de salud, clínicas y hospitales regionales y estatales. Desde
1948 se ha brindado atención hospitalaria especializada para la infancia. Hoy el Hospital del
Niño, en Pachuca, cuenta con instalaciones nuevas y tecnología médica avanzada.
Alumnos y maestros del curso de curtiduría, misión cultural en
Zacualtipán, 1923.