La invasión estadounidense trajo como consecuencia la pérdida de
casi la mitad del territorio nacional. Santa Anna volvió a imponer el
centralismo, hasta que en 1855 los federalistas lo desconocieron como
presidente y nombraron en su lugar a Juan Álvarez, quien fue sustituido
meses después por Ignacio Comonfort.
El 5 de febrero de 1857 se promulgó una nueva constitución política
en México, incluyendo algunas de las leyes de Reforma. Ésta fue muy
importante para Tabasco, pues en ella se declaraba que Huimanguillo,
hasta entonces perteneciente a Veracruz, se anexaba a nuestro estado.
Huimanguillo no sólo es el municipio más extenso de la entidad, sino
que en él se encuentran importantes vestigios de las culturas olmeca
y zoque, hermosos paisajes y ricos yacimientos de petróleo que han
contribuido a mejorar la economía del estado y del país.
En 1858, Comonfort pretendió ignorar la constitución que él mismo
había jurado, pero fue desconocido como presidente. Entonces, Benito
Juárez ocupó la presidencia, lo que dio inicio a una lucha interna en el
país entre opositores y defensores de la Constitución.
Para sostener la guerra fue preciso que el gobierno invirtiera mucho
dinero, así que suspendió por un tiempo el pago de la deuda que tenía
con España, Inglaterra y Francia. Los representantes de estos países
manifestaron su inconformidad, por lo que Juárez les explicó que se
les pagaría en cuanto el país volviera a capitalizarse. Francia se negó a
aceptar este acuerdo e invadió México el 9 de abril de 1862.
El coronel Gregorio Méndez
defendió el suelo tabasqueño
de los invasores imperialistas.
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