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B
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V
Diferencias y analizas las características de la
comedia y el drama
Casa de muñecas (fragmento)
Henrik Ibsen
Helmer
(A la puerta.)
Sí, está bien, procura tranquilizarte y reponerte, pajarito asustado. Descansa
tranquila; yo tengo alas lo bastante grandes para cobijarte.
(Paseándose, sin
alejarse de la puerta.)
¡Oh, qué hogar tan tranquilo y acogedor! Aquí estás segura;
te guardaré como a una paloma perseguida a quien hubiese sacado sana y salva de
las garras del gavilán. Lograré tranquilizar tu pobre corazón palpitante. Poco a poco
lo conseguiré, Nora, créeme. Mañana lo verás todo de otra manera. Pronto tornará
todo a ser como antes, y no habrá necesidad de repetirte que te he perdonado,
porque, sin duda, lo advertirás por ti misma. ¿Cómo puedes pensar que me pasara
por la imaginación repudiarte ni recriminarte por nada? ¡Ah! Nora, no conoces la
bondad de un verdadero hombre. ¡Le es tan dulce perdonar a su propia mujer
cuando lo hace de corazón! Es como si fuese dos veces suya, como si hubiera
vuelto a traerla al mundo, y ya no ve en ella solo a su mujer, sino también a su hija.
Eso es lo que vas a ser para mí desde hoy, criatura inexperta. No temas nada, Nora;
sé franca conmigo; y yo supliré tu voluntad y tu conciencia.
.. Pero, ¿qué es eso?¿No
te acuestas? ¿Te has cambiado de ropa?
NORA:
(Que entra vestida de diario.)
Sí, Torvaldo, me he cambiado de ropa.
HELMER:
¿Por qué? ¿A esta hora, tan tarde?
NORA:
Esta noche no pienso dormir.
HELMER:
Pero, querida Nora.
..
NORA:
(Mirando su reloj.)
Aún no es muy tarde. Siéntate, Torvaldo. Vamos a
hablar.
(Se sienta a un lado de la mesa.)
HELMER:
Nora.
.. ¿qué pasa? Esa cara tan grave.
..
NORA:
Siéntate, va a ser largo. Tengo mucho que decirte.
HELMER:
(Sentándose frente a ella.)
Me inquietas, Nora. No acabo de
comprenderte.
NORA:
No, eso es realmente lo que pasa: no me comprendes. Y yo nunca te he
comprendido tampoco.
.. hasta esta noche. No, no me interrumpas. Vas a escuchar
todo lo que yo te diga.
.. Vamos a ajustar nuestras cuentas, Torvaldo.
HELMER:
¿Qué entiendes por eso?
NORA:
(Después de un corto intervalo.)
Estamos aquí sentados uno frente a otro.
¿No te extraña una anomalía?
HELMER:
¿Qué?
NORA:
Llevamos ocho años casados. ¿No te percatas de que hoy es la primera
vez que tú y yo, marido y mujer, hablamos con seriedad?
HELMER:
¿Qué quieres decir?
NORA:
¡Ocho años.
.. más todavía! Desde que nos conocimos no hemos tenido
una sola conversación seria.
HELMER:
¿Es que debía yo hacerte confdente de mis preocupaciones; que tú, a
pesar de todo, no podías ayudarme a resolver?