S
EÑOR
S
EGÁN
:
No, Blanquita. Te
protegeré. Voy a encerrarte para
que no te coma el lobo.
N
ARRADOR
:
La encerró con llave en el
granero, pero se le olvidó cerrar la ventana,
y la cabrita escapó hacia el monte. Allá sintió
una gran felicidad.
C
ABRITA
:
(
Brincando contenta.
) ¡QuÉ bonito
huelen las flores!, y la yerba es deliciosa.
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