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EQUIPO 1: ANOREXIA
Anorexia
(Del griego
a
, sin y
orexis
, apetito)
Significa inapetencia o falta de apetito. Es un trastorno alimenticio inicialmente producido por
decisión voluntaria para adelgazar (perder los kilos que sobran) que acaba convirtiéndose en una
obsesión).
El historia de Sonia
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Sonia no sabe bien a bien qué es lo que le pasa y por qué, pero algo aparece claro en su mente: el
estar “gorda” la sola idea de pensarlo despierta en ella una sensación tan horrible que se ve
obligada a bloquearla inmediatamente. Nadie entiende que le pasa, pero de pronto —o
lentamente— se ha establecido en ella algo que le hace huir de la posibilidad de engordar como el
que huye del enemigo, o del castigo más cruel. Y esto se traduce en que no tiene apetito, en que
las ganas de comer se le han quitado, y aunque hace esfuerzos por comer, sobre todo porque sus
padres se lo piden, le es imposible hacerlo. Nadie comprende que se le han quitado las ganas de
comer porque algo en lo más profundo de su mente, de su cerebro, le dice que comer es engordar,
y que el sentirse e imaginarse gruesa, le produce una sensación horriblemente desagradable [
]
El ser delgada se ha convertido en una obsesión. De pronto le parece que el estar así es
absolutamente básico en su vida. Adora estar delgada [
] a medida que adelgaza a parecen
costumbres incomprensibles para los demás: deja de comer con la familia, come a escondidas y
de pie, deambulando de un lado para el otro. Esconde la comida en los armarios y en los lugares
más insospechados «para cuando tenga hambre». Selecciona los alimentos de una manera
arbitraria: separa la comida en el plato de una manera extraña, y no comprende porque su familia
ve eso anormal.
Ella se encuentra bien, a veces sufre un mareo, pero esto —se dice ella— es debido a la dieta,
pero no tiene importancia. Su ánimo es normal, aunque en algunos momentos se encuentra
angustiada y triste porque nadie comprende su gran lucha, su gran sacrificio por huir del peligro
que significa estar “gorda”, y ser despreciada por todos, ser objeto de
mofa
. Pero esta lucha, que
está siguiendo con gran éxito, la recompensa de todas las incomprensiones, de todos los
desprecios. Se siente animada y la mejor prueba es que está activa todo el día.
Como todo adolescente, Sonia estaba muy expectante ante lo que podría ser de ella al final del
desarrollo. Por este motivo, las bromas de los compañeros sobre su gordura dieron en el blanco.
Desde aquel día empezó a hacer dieta, o meterse los dedos en la garganta para devolver aquello
que se ve había visto obligada a comer y que pudiera causare la irremediable gordura que la
afeara y la convirtiera en un monstruo. El remedio estaba en comer menos y hacer dieta. Así de
fácil.
Cada vez estaba más delgada y tenía menos apetito. Sus padres se alarman, y no parecen
comprenderla en lo absoluto, aunque ella, en el fondo, empieza asustarse [
] Recurre a su madre,
que está preocupada por la delgadez de su hija, piensa que es una moda pasajera y se resiste a
aceptar que su hija está enferma. Deciden ir al doctor cuando aparecen síntoma alarmantes: como
la falta de su periodo desde hace varios meses o los frecuentes mareos.
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Fernando García Rodríguez (1993),
Las adoradoras de la delgadez
, pp.1-2.