sonido, de la importancia que tiene la música como parte esencial de la naturaleza humana.
A lo largo de la historia, el hombre ha fabricado tantos instrumentos que, para conocerlos,
resulta útil clasificarlos. Al clasificarlos, los agrupamos de acuerdo a ciertas características
comunes.
Existen varias formas de clasificar los instrumentos. Vimos anteriormente (Bloque 4 de
primer grado) la clasificación de Sachs y Hornbostel, que agrupa a los instrumentos de
acuerdo con la manera como generan su sonido. Recordemos las categorías que estos
autores distinguen:
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Idiófonos: Aquellos en los que lo que vibra es la totalidad del instrumento, y no sólo
una parte de él.
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Membranófonos: Aquellos en los que lo que vibra es una membrana elástica sujetada
con cierta tensión.
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Aerófonos: Aquellos en los que lo que vibra es una columna de aire.
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Cordófonos: Aquellos en los que el cuerpo vibrante es una cuerda.
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Electrófonos: Aquellos en los que la vibración es producida por medios electrónicos, y
transmitida al aire por medio de un parlante.
Esta es una clasificación muy precisa que, a la vez, tiene la ventaja de ser muy amplia, ya
que permite organizar todo tipo de instrumentos, incluyendo instrumentos folclóricos, típicos
o exclusivos de una región específica.
Existe también otra clasificación que está basada en los instrumentos de la orquesta
sinfónica. Esta tradicional clasificación agrupa a los instrumentos en tres grandes familias, de
acuerdo con los materiales con que están construidos y con la manera como producen su
sonido: cuerdas, alientos y percusiones. El criterio principal para esta clasificación es el cómo
se genera el sonido: si las vibraciones que producen el sonido son activadas al tirar o frotar
una cuerda (instrumentos de cuerdas); si las vibraciones son activadas por el movimiento de
columnas de aire (instrumentos de aliento); o si las vibraciones son el resultado de un golpe,
ya sea sobre una superficie elástica o dura (instrumentos de percusión). Aunque la voz
humana podría pertenecer a la familia de alientos, se le asigna una categoría propia.
Algunos instrumentos parecen escapar a esta clasificación. Por ejemplo, el piano tiene
cuerdas que producen el sonido, ¿pertenece entonces a la familia de las cuerdas? ¿o
pertenece a la familia de las percusiones, puesto que las cuerdas son activadas (es decir,
puestas a vibrar) por martinetes que golpean la cuerda? Sin embargo, esta clasificación
funciona y ha funcionado por muchos años, pues las sonoridades que agrupa simple y
sencillamente “suenan bien” juntas.
Veamos con más detenimiento esta clasificación:
Cuerdas
. La familia de las cuerdas está formada por instrumentos que producen su sonido al
tirar o frotar sus cuerdas. El violín, la viola, el violonchelo y el contrabajo son instrumentos
con características similares: su cuerpo es de madera, tienen cuatro cuerdas y se frotan con
un arco; lo que varía es su tamaño, siendo el violín el más pequeño, por lo que puede emitir
los sonidos más agudos, y el contrabajo el más grande, por lo que produce los sonidos más
graves. La guitarra también se clasifica como instrumento de cuerdas, junto con la gran
variedad de instrumentos semejantes que tienen un cuerpo hueco de madera y cuerdas que
se tocan con los dedos y no con un arco, como son la mandolina, el laúd o la cítara. También
el arpa es un instrumento de cuerda. Para mayor precisión, se distinguen tres tipos de
instrumentos de cuerdas: frotada (violín, viola, violonchelo y contrabajo), pulsada (guitarra y
arpa) y percutida (piano).
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