El albatros
Les arrojan una cuerda delgada con un trozo de
tocino en la punta. No toma mucho tiempo.
En menos de diez minutos tres enormes bestias
blancas yacen sobre el puente. Mientras llevan
a la número dos a la barandilla, derriba a
un hombre con un golpe de ala. Una vez a bordo, el
albatros se encuentra impotente. Por unos segundos
se levanta sobre sus patas palmeadas, pero el
cuerpo es demasiado pesado y las alas
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