La amenaza
Un día, al terminarse el mercado, Nasredín no
encontró a su burro, que había dejado amarrado
a un árbol. Justo hacÍa un momento tres hombres
se lo acababan de robar para venderlo en la ciudad
vecina.
Con la mayor seriedad del mundo, NasredÍn trepó a
una azotea y empezó a gritar a quien quisiera oÍrlo:
“Regrésenme mi burro; si no, haré exactamente lo que
hizo mi padre cuando le robaron el suyo”.
La gente se juntó y se preguntó, preocupada:
¿Alguien estÁ al tanto de lo que sucedió?”.
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