Las manchas del ocelote
En tiempos muy antiguos, había en lo que ahora es
la Ciudad de México un animal, el ocelote. TenÍa la
piel de color del Sol, suave y fina, y sin una sola
mancha en su cuerpo. El ocelote era tranquilo; se
alimentaba de frutas y ra ces, no de otros animales.
Cuando llegaba la noche, saciaba su sed en el
riachuelo. All contemplaba la inmensidad del gran
lago y se llenaba de asombro por los rumores del
bosque. Conoc a a todos los habitantes del cielo:
Citlapul y Mamalhuaztli, pero a quien de verdad
amaba era a Meztli, la Luna.
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