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Analizas los fundamentos de la racionalidad humana
en el contexto del pensamiento clásico griego
Podemos aclarar la diferencia entre ser en potencia y ser en acto con un ejemplo
sencillo y muy utilizado.
Podemos decir que un huevo existe en acto, pero en él,
existe también un pollo en potencia.
El huevo existe en el presente (es decir, en
acto). Lo podemos ver, tocar y hasta comérnoslo. Por cierto, si hacemos esto, no
estaremos únicamente acabando con
el huevo como tal, sino también con el pollo
que existía en él
potencialmente
. Esto nos revela algo importante sobre la relación
entre lo que existe en potencia y lo que existe en acto: lo potencial siempre requiere,
para existir, “alojarse” en algo que exista en acto. Así, en el ejemplo, el pollo po-
tencial necesita, para existir, del ser actual del huevo, como lo demuestra el que si
desaparece éste (por ejemplo, porque nos lo comimos), también desaparece
aquél.
Esta distinción de Aristóteles entre el ser actual y el potencial fueron muy aprecia-
das por los flósoFos porque oFrecen la mejor solución con que se ha respondido al
problema del cambio planteado por Parménides. Pues ya no tenemos que suponer
que el cambio implique que algo llegue al ser desde la nada, sino que llegan de una
región especial del ser, descubierta por Aristóteles, la del
ser
en potencia.
Con el paso del tiempo, esta visión ha sido muy útil e in uyente en muchas áreas
del saber. ¿No hablamos recurrentemente de un “potencial humano”, por ejemplo?
Prácticamente todos los esfuerzos que se hacen para educar al ser humano, y fa-
vorecer su desarrollo personal y comunitario tienen como supuesto y motivación el
reconocimiento de esta realidad en potencia.
Ahora, a Aristóteles le interesaba comprender con mayor detalle cómo ocurre que
algo pase del ser potencial al ser actual, y motivado por ello desarrolló su
teoría de
las causas.
Cuando queremos entender porqué ocurre algo nos preguntamos por su causa,
como si tuviera una sola. Aristóteles tenía una idea de las causas mucho más rica:
él consideraba que hay cuatro tipos
de causa, que operan sin excepción para pro-
ducir absolutamente todo lo que hay (recordemos que los primeros flósoFos esta
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blecieron que todo lo que ocurre o existe tiene una causa, que nada viene de la
nada). Las cuatro causas propuestas por Aristóteles son:
1. Causa material: aquello de lo que algo está hecho.
2. Causa formal: la idea que corresponde a lo hecho, que incluye lo que lo hace
ser lo que es.
3.
Causa efciente: la acción que explica que algo haya llegado a ser.
4.
Causa fnal: el propósito con el que algo ha sido hecho.
Veamos un sencillo ejemplo. Supongamos que estamos frente a una silla. Pode-
mos, siguiendo a Aristóteles, preguntarnos por las causas de esa silla. Su
causa
material
es la madera y el cuero de que está hecha.