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B
loque
II
Analizas los fundamentos de la racionalidad humana
en el contexto del pensamiento clásico griego
Además de lograr descubrimientos decisivos en Física y Astronomía, Galileo refexionó
intensamente sobre el método que le estaba permitiendo a él y a otros cientí cos
pioneros del Renacimiento revelar los secretos del Universo. Podemos a rmar que en
cierto modo Galileo comparte la visión de
Heráclito, según la cual
los secretos de la
naturaleza están ocultos, y es necesario revelarlos a través de la razón, pero agrega
algo: que si queremos conocer esos secretos la única vía segura y factible es la de los
números, la de las Matemáticas. “El libro de la naturaleza está escrito en el lenguaje
de las Matemáticas”, escribió Galileo en su libro
El ensayador
, publicado en 1623. Así,
podemos apreciar que aquellas ideas de Heráclito, en apariencia tan misteriosas y
alejadas de la experiencia, en realidad presagiaron las
bases conceptuales gracias a
las cuales fue posible el desarrollo de la ciencia moderna.
Otro lóso²o que tuvo una idea sorprendente, que se adelantó en más de dos mil años a
la ciencia moderna, fue Demócrito (nacido aproximadamente en 460 a.C.) . No se sabe
con precisión dónde nació; algunos dicen que en la ciudad griega de Abdera, mientras
que otros le dan a Mileto por patria . Pero sin duda, su horizonte cultural fue la Filosofía
presocrática; la etapa de nida por las ideas de Parménides, más especí camente.
Porque Demócrito aplicó todo su talento a la búsqueda de una solución al problema del
cambio, planteado por Parménides. Y esta búsqueda lo orilló a concebir
una idea que
mucho tiempo después revolucionaría la ciencia y la tecnología de manera contundente
e irreversible: el
átomo
.
En efecto, suponer un mundo en el que todo lo que podemos percibir con los sentidos
está formado por átomos es una solución ingeniosa al problema del cambio. Porque
entonces se puede a rmar que hay algo en el
mundo que nunca cambia, es decir,
los átomos, y otra cosa que cambia constantemente, la forma en que esos átomos se
combinan. En lengua griega la palabra “átomo” signi ca algo así como “indivisible”. Es
decir, el átomo fue pensado por Demócrito como la unidad mínima de realidad, que al
agruparse con otros átomos “compone” o constituye todo lo que hay a nuestro alrededor:
ese árbol, esta silla, el techo, un caballo, etcétera. Estas formas eventualmente se ven
deshechas, se
fusionan
entre sí, o
se transforman en otras.
Pero, y en esto consistió el atractivo que tuvo la idea, los átomos que integran cualquier
ser particular (una planta, un libro, etcétera)
son los mismos
que los que integraban
los objetos que los precedieron. Así, según la visión de Demócrito, los átomos que
componen el cuerpo de una persona son los mismos que los que constituían
los
alimentos que consumió,
por ejemplo. Otra característica del átomo según Demócrito,
es su carácter microscópico, invisible para el ojo humano. Hoy, nuestros modernos
y so sitcados instrumentos de medición y observación
nos permiten acercarnos a
realidades increíblemente pequeñas, y con rmar que en lo ²undamental las ideas de
Demócrito son correctas. Pero eso sólo debe
atizar
nuestro asombro ante su ingenio
e imaginación, pues carecía de cualquier pista, de cualquier atisbo de esa realidad
fundamental.