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B
loque
I
Identifcas la Filoso ía como disciplina global
3.
La defnición debe ser más clara que lo defnido. Por ejemplo, podríamos decir
que el hombre es un “antropoide con capacidades eidéticas cuya epidermis se
caracteriza por un bajo nivel de pilosidad”, quizás estaríamos en lo correcto,
pero nuestra defnición no sería útil, porque implicaría que quien la leyera
supiera qué signifcan palabras como “antropoide”, “eidéticas” “epidermis” y
“pilosidad”, todas menos comunes que “hombre”, la que corresponde a la
idea que nos importa defnir aquí.
Observemos dos cosas importantes. Esa defnición, que para nosotros es de
poca utilidad, podría ser adecuada en un congreso de antropólogos físicos.
Lo que nos muestra que
a la hora de hacer una
defnición también conviene
que tomemos en cuenta el auditorio al que se la vamos a proponer.
Otra cuestión importante, todas las defniciones tienen supuestos. Es decir,
todas descansan en otras defniciones. Entender que “el hombre es un animal
racional”, supone que sabemos qué es un animal y qué es racional, es decir,
que de alguna manera conocemos sus defniciones. Por eso algunos flósoFos
han llegado a decir
que la mente no “capta” las ideas, sino que las construye
a partir de
otras. Como hemos dicho, es mejor que nos acostumbremos a
ver la Filosofía más como un conjunto de preguntas y debates, que como un
inventario de soluciones únicas y defnitivas.
4. La palabra defnida no debe entrar en la defnición. Si no respetamos esta
regla, podemos llegar a expresiones poco útiles desde la perspectiva de la
Lógica como decir: “El hombre es todo lo que el hombre es”.
En ocasiones las
violaciones a esta regla no son tan sencillas de apreciar, como ocurre cuando
alguien dice
que “La lluvia es lo que cae
cuando llueve”. También debemos
cuidarnos de utilizar sinónimos en la defnición. Decir que “El hombre es el
ser humano” o “Un caballo es un equino” son defniciones engañosas, que no
nos dicen nada sobre lo que queremos defnir. Cuando esto ocurre, decimos
que estamos ante una defnición que presenta el deFecto de la
circularidad.
Este es uno de los errores que con mayor frecuencia
cometemos a la hora
de defnir.
5. La defnición no debe ser negativa. Es decir, al defnir algo debemos tratar
de precisar lo que la cosa es, no lo que no es. Esta regla es un poco más
exible que las anteriores.
Es decir, siempre será preFerible decir lo que las
cosas son, a decir lo que no son. En la mayoría de los casos, violar esta
regla nos puede llevar a defniciones imprecisas como “El hombre es un
animal no cuadrúpedo” (es decir, un animal que no
camina en cuatro patas),
o innecesariamente complicadas, como sería decir: “El hombre es el animal
que
no
es irracional”. Pero hay casos en que es imposible defnir una idea por
lo que sí es, y no tenemos otra opción más que mostrar lo que no es.