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Identifcas la Filoso ía como disciplina global
Por ejemplo, una idea que aparece en
la oración anterior, la idea a que
se refere la palabra
“imposible” sólo puede ser defnida como lo contrario
de lo posible. Observemos que comprender esta idea implica que también
comprendamos lo posible, que según el diccionario es todo aquello “que
puede suceder o ser”.
El juicio
Así como poseemos una capacidad natural para generar ideas, también gozamos
de otra para captar
relaciones entre ellas. Es decir, somos capaces de formular
juicios.
Y así como el conocimiento de las reglas de las defniciones nos puede
ayudar para construir mejores ideas, estudiar las características del juicio nos pue-
de redituar en un fortalecimiento de nuestra capacidad para formularlos. Así que
debemos preguntarnos:
¿qué es un juicio?
Como decíamos, el juicio es el acto por
el que nuestra mente capta una relación entre dos o más ideas. Ahora, en Lógica a
las expresiones que comunican juicios, es decir, que comunican estas relaciones,
se les llama
proposiciones
(no confundir con las
preposiciones
, que son el tipo de
palabras, casi siempre pequeñas, que usamos para añadir a un enunciado un com-
plemento, como hemos visto en nuestras clases de español).
Las proposiciones no son otra cosa que enunciados, tienen las mismas partes bási-
cas: sujeto, verbo y predicado. El sujeto es la idea de la que se afrma
o niega algo;
el predicado es la idea que se afrma o niega del sujeto. El verbo establece la rela
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ción entre ambos. Una aclaración: en las
proposiciones que utilizamos en Lógica
el verbo más común es el verbo
ser.
Así, el enunciado: “Esta mesa es metálica” es
una proposición. “Mesa” es el sujeto del que se está afrmando, con la Forma
verbal
“es”, otra idea, “metálica (estar hecho de metal)”. La importancia de la proposición
radica en que en ella siempre se niega o afrma algo acerca de alguna cosa, a diFe
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rencia de la idea, que simplemente nos indica la presencia de una cosa.
Esto es de gran importancia, porque signifca que de una proposición podemos
decir si es verdadera o falsa, a diferencia de lo que ocurre con las ideas singulares.
Ante la expresión “hombre”, no podemos decir si es verdadera o falsa. En cambio
si decimos “El hombre es mortal” sí podemos determinarlo. En este caso, estamos
ante una proposición verdadera, pero también hay proposiciones falsas, como “mi
gato es marciano”.
Ahora, acabamos de hablar de la verdad y la falsedad, como las dos “cosas” que
pueden “ocurrirle” a las proposiciones. Lo más natural, es que a continuación nos
preguntemos: “Pero ¿qué es la verdad?”.