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B
loque
I
Identifcas la Filoso ía como disciplina global
Estas consideraciones sobre la inducción nos dan la
pauta para presentar otro
procedimiento fundamental en Filosofía, en ciencia,
y en toda otra actividad de
pensamiento: la
crítica
. La crítica es un proceso de prueba al que sometemos las
ideas, proposiciones y raciocinios para determinar si son verdaderos o falsos ( o, en
su caso, para reconocer lo que tienen de verdadero y de falso). En el caso de los
raciocinios inductivos, lo recomendable es
criticarlos buscando ejemplos de casos
que los contradigan. Como hicimos en nuestro ejemplo, en que encontramos casos
de personas pobres que no cometen delitos, y de personas adineradas que sí lo
hacen, y por lo tanto quedó establecida la falsedad de nuestra premisa inicial.
La inducción es una de las formas del raciocinio, que como veíamos, es el procedi-
miento por el que podemos generar ideas nuevas a partir de las que ya poseemos.
La otra forma del raciocinio que vamos a estudiar brevemente
es la deducción
. La
deducción sigue el camino inverso al de la inducción: nos conduce de
ideas gene-
rales a conclusiones particulares
.
Por ejemplo, si recordamos lo que estudiamos en el capítulo sobre pensamiento mí-
tico, en el que vimos que - en tiempos antiguos - todos los pueblos percibían y pen-
saban el mundo en términos de sus mitos, es natural que concluyamos que también
los pictos, que fueron un pueblo que ocupó en la antigüedad lo que hoy es Escocia,
seguramente también tuvieron mitos. Pensar así es pensar deductivamente, pues
hemos generado una idea acerca de una realidad particular (el pueblo picto tuvo
mitos) a partir de una idea general (que todos los pueblos antiguos tuvieron mitos).
Podemos representar cómo funcionó - en este ejemplo -
la deducción:
1. Todos los pueblos antiguos tuvieron mitos,
2. Los pictos fueron un pueblo antiguo,
3. Por lo tanto, los pictos tuvieron mitos.
Este modo de elaborar y representar raciocinios deductivos se llama
silogismo
. El
silogismo es una de las herramientas que la Lógica nos ofrece para pensar con
claridad y corrección. Como podemos observar, el silogismo comienza con una pro-
posición de carácter general, es decir, una proposición que se refere a muchos indi
-
viduos, o en el mejor de los casos a todos los individuos de una clase determinada
de cosas. De hecho,
casi siempre la podemos identifcar porque comienza con la
palabra
todos
:
todos
los perros son mamíferos,
todos
los seres humanos son igua-
les ante la ley,
son ejemplos de proposiciones generales o universales.
Como decíamos, un silogismo comienza siempre con una proposición de este tipo,
y es seguida por otra proposición
en la que se afrma algo sobre un individuo. La
conclusión une a las dos proposiciones en una nueva proposición, que - dadas cier-
tas circunstancias - puede ser un nuevo conocimiento.