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B
loque
I
Identifcas la Filoso ía como disciplina global
Ahora, podríamos preguntarnos: ¿si no hubiera fricción, y ningún otro cuerpo lo
detuviera, un cuerpo
en movimiento se movería infnitamente? Y esto es casi exac
-
tamente lo
que pasa con los cuerpos en movimiento en el espacio exterior, más
allá del campo gravitacional de la Tierra. Así, a partir de una ley Física, gracias a un
silogismo, podemos saber qué ocurre con el movimiento de los cuerpos en un lugar
en el que nunca hemos estado y nunca estaremos (a menos que algún día nos con-
virtamos en astronautas, claro).
Los pocos seres humanos que han podido visitar el espacio han hecho experimen-
tos para conocer el comportamiento de los cuerpos en ausencia de fricción y gra-
vedad, y han encontrado que esa hipótesis, que nosotros obtuvimos por deducción,
es verdadera. A este modo de proceder, el más común en la ciencia, se le llama
método
hipotético-deductivo
.
Es importante que
tengamos presente que en las situaciones reales
los raciocinios
tanto inductivos como deductivos se presentan
casi siempre envueltos, empaca-
dos, por decirlo así, en
textos argumentativos
. Es decir, casi nunca los encontrare-
mos expresados en silogismos como los que hemos visto, sino inmersos en textos
escritos con el objeto de convencernos de algo, y que por lo tanto recurren a pa-
labras y expresiones que pretenden hacer más atractivas sus conclusiones. O por
el contrario, pueden tratarse de escritos producidos con la intención de hacernos
rechazar algo, para lo cual se apoyarán en términos y frases de carácter más o
menos peyorativo.
Por eso es muy útil tener una noción acerca del funcionamiento de
los silogismos,
pues nos da la posibilidad de identifcar las premisas y las conclusiones presentes
en un texto argumentativo, y
valorarlas de un modo más objetivo. Reconstruir el
silogismo presente en un texto argumentativo equivaldría a algo así como ver su
“esqueleto”.
El raciocinio es el proceso superior de la Lógica, el que la vincula con la realidad,
con la vida.
Veamos un ejemplo de cómo podemos practicar esta habilidad de “extraer” de un
texto su columna vertebral argumentativa. Para facilitar las cosas, marcaremos con
números los párrafos dónde se encuentran los elementos del silogismo, en el orden
que los conocimos. Supongamos que leemos lo siguiente:
1. Para tener un pasto verde y terso, hay que dedicarle muchos cuidados. Po-
darlo regularmente y, sobre todo, asegurarse de que tenga siempre sufciente
agua y abono. Las superfcies cubiertas con césped son de las que más agua
necesitan.