156
DON ROSALíO:
SÍ señores, bendito sea Dios, que ya no hay valientes
Nicolases. Bueno, pues ya les conté la historia, ya me
despido. (
Sale
)
Los tres que quedan, bailan otra vez el mismo baile
regocijando.
JUAN:
(
Desde fuera
) ¡Y ay, jaray, jarayja!
¡Y ay, jaray, jarija!
¡Y ay, jaray, jarayja!
Don Cenón, don Nabor y doña Brújula guardan
silencio, y ven a su alrededor. Entra Juan, disfrazado del
valiente Nicolás, con una máscara espantable, chaque-
ta, sombrero, sable, etc. Los demás se retiran a un rincón y
lo observan temerosos.
JUAN:
(
Pasando a primer término, canta
) “Corrido del
valiente Nicolás”.
DOÑA BRúJULA:
¡Ay, Dios santo, ya llegó!
DON NABOR:
¡Ay, estamos perdidos!
DON CENÓN:
¡Ay, estamos fregados!
DOÑA BRúJULA:
¡Vámonos antes de que nos pida!
DON NABOR:
Ya no soy juez, porque me degüella.
JUAN:
(
Pasea blandiendo el sable alrededor de ellos e impidién-
doles la salida
) ¡Ay, jaray, jarayja!
… Etc
.
Don Nabor y compañía se abrazan entre sí y lo miran
aterrados. El valiente Nicolás los mira y se detiene.
Pausa. El valiente Nicolás, viene hasta ellos.
JUAN:
(
A don Nabor
) ¡Qué bonita chamarrita!
DON NABOR:
Téngala, señor.
JUAN:
(
Poniéndose la chamarra
) (
A don Cenón
) Y ese sarape,
no está malo, para el frÍo.
DON CENÓN:
Téngalo, señor.
JUAN:
(
Poniéndose el sarape
) (
A doña Brújula
) Y ese rebozo
le conviene a mi mujer.
DOÑA BRúJULA:
Pues téngalo, señor.
JUAN:
Pues ahora sÍ, ya estarÍa muy contento, sólo que este
lugar no me quiere acabar de gustar.
DON NABOR:
¡Y lo viera usted cuando se suelta el aire! Es bien
terregoso.
DON CENÓN:
¡Y cuando hiela! Bien frÍo.
DOÑA BRúJULA:
¡Y cuando llueve! ¡Unos lodazales!
DON NABOR:
Mucha razón tiene usted, señor, muy feo el lugar éste.
DON CENÓN:
¿Por qué no se vuelve a su tierra?
DOÑA BRúJULA:
Bueno, no es que lo corramos…
DON CENÓN:
Pero como dice que aquÍ no le gusta…
DON NABOR:
Para que esté contento.
JUAN:
Pues yo sÍ me irÍa con gusto a mi tierra…
LOS TRES:
Pues váyase hombre, ¿qué espera?
JUAN:
No, hace falta mucho dinero para eso…
ANEXO 2