representada. Esta condición ha dificultado el estudio de su evolución. De ahí la importancia de
la notación de la danza, resaltada por el teórico
Rudolf Laban, quien creó una forma de registro
que permite atraparla junto con el movimiento.
La posibilidad de registro se hizo más accesible gracias a la aparición del video, lo que ha
tenido impacto tanto en el estudio de la danza como en la reconstrucción y remontaje de
algunas obras. La participación de videoastas en el registro abrió la posibilidad para el
surgimiento de un género artístico híbrido, que en la actualidad se encuentra en gran expansión
y auge: la videodanza.
Este género de danza surge del encuentro de algunos coreógrafos con el nuevo desarrollo
tecnológico. De ahí que la videodanza se haya definido como un diálogo entre danza y video,
pues en éste los coreógrafos encuentran otras posibilidades: las acciones pueden ser
registradas en diferentes momentos y, gracias a la edición, repetir movimientos en forma
idéntica o al revés y acelerar o alentar las acciones (Alonso, 1995). En la videodanza, además,
se utilizan espacios no convencionales, es decir, el espectáculo no tiene que realizarse en un
foro o en un teatro. Incluso se crean “espacios virtuales” que no existen en la realidad.
La videodanza crea una nueva estética del cuerpo en la que es posible explorar planos o
detalles inaccesibles con otros medios. Un gesto que en el escenario es insignificante, gracias a
la cámara, puede transformase en poético y grandioso; de igual forma la respiración y los pasos
del bailarín o cualquier otro movimiento pueden convertirse en los puntos focales de la obra
(Rosenberg, 2000). Así, el ojo de la cámara otorga una dimensión inusual al cuerpo: permite
recorrer o habitar zonas inadvertidas en otros espacios de representación (Alonso, 1995).
De ahí que el cuerpo, que continúa como principal protagonista, sea transformado, gracias a la
cámara, cuyos acercamientos lo dejan en manos del coreógrafo. La videodanza convierte los
cuerpos en pura imagen. Aquí la noción misma de coreógrafo se trastoca, puesto que ya no
sólo diseña el movimiento, sino que diseña la mirada que lo recorrerá. Y es esta coreografía de
la mirada el aspecto que mejor define a la videodanza: lo que le da su fuerza estética y la
integra al arte contemporáneo (Alonso, 1995).
Reúnete en equipo y busquen en Internet una videodanza. Comenten en grupo la impresión que
les produce.
2.3 Reflexión en torno a la danza en el contexto actual, considerando la
diversidad de elementos y lenguajes que intervienen en su producción
Desde la segunda mitad del siglo XX, la preocupación de los artistas por la destrucción
ecológica, la crisis ambiental y los problemas de desintegración se volvieron temas centrales.
Es necesario encontrar nuevos significados y posibilidades para las viejas formas de vida.
A nivel mundial, la respuesta de los artistas de la danza ante la llamada “crisis de la
modernidad” constituyó un vigoroso movimiento conocido como
nueva danza
o
anti-danza
, en la
que los bailarines salieron a las calles e improvisaron obras y ambientes e interactuaron con los
objetos y personas que ahí pasaban. Crearon un nuevo vínculo entre danza y vida cotidiana,
entre la danza y su público. Este movimiento sería el inicio de las múltiples tendencias de los
años setenta, entre las que sobresalen los
happenings
y el
arte video
.
226