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BLOQUE
III
Las poblaciones del valle de
Puebla fueron de las encomiendas
más codiciadas entre Cortés y sus
hombres debido a sus fértiles tierras
y sus desarrolladas redes comerciales.
El mismo Cortés fue encomendero de
Huejotzingo durante un tiempo.
Después de la conquista armada,
se llevó a cabo otra, de tipo religioso.
En 1524, apenas unos años después de
que Hernán Cortés tomara la ciudad de
Tenochtitlan, llegaron por barco doce
religiosos a las costas de Veracruz. Su
objetivo era convertir por la fuerza
a los indígenas a la religión católica,
destruyendo sus creencias religiosas e
imponiéndoles la obligación de adorar
a Jesucristo. Estos doce frailes eligieron
los alrededores de la ciudad de Puebla
para construir sus conventos e iglesias.
El convento de Huejotzingo conserva
actualmente un mural que narra cómo
los primeros misioneros franciscanos
enseñaron el catecismo a los indígenas.
Muchos religiosos abusaron
del poder que les otorgó el rey de
España para llevar a cabo su tarea
de evangelizar a los indígenas. Por
ejemplo, les exigían altos tributos y
los obligaban con severos castigos
a adoptar las creencias religiosas
cristianas. Pero no hay que dejar
de mencionar que existieron
también curas y frailes que los
defendieron de los maltratos de
los encomenderos y que costearon
muchas de las obras en beneficio
de los indígenas, como hospitales,
escuelas y obras para hacer llegar
agua dulce a sus barrios.
Detalle del
Manuscrito del “arrepentimiento”,
1560, tinta sobre papel. (Método de
tortura que los españoles aplicaban a los indígenas.)
Evangelización de los nativos mexicanos.