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Identifcas la Filoso ía como disciplina global
g. Hay una pregunta muy especial, que más que buscar una respuesta precisa,
es una expresión de
asombro. La Formuló uno de los más grandes flósoFos
de la era moderna, Gottfried Wilhelm Leibniz (1646-1716), de la siguiente
manera: “¿Por qué hay cosas, en lugar de nada?” Leibniz encontró fascinante
el mero hecho de la existencia, y supo transmitir su asombro con una pregunta
aparentemente sencilla, pero que en el fondo es la más difícil de contestar.
De paso señalemos un par de
cosas interesantes. Tras hacerse esta pregunta,
Leibniz recurre al
principio de razón sufciente
, el cual afrma
que todo tiene una
causa, para determinar su respuesta. Para Leibniz era evidente que si existen cosas,
si existe el Universo, es porque un ser perfecto y omnipotente, o sea Dios, lo creó.
Ahora, bien, como veíamos, la perspectiva flosófca y la religiosa son distintas y
mutuamente independientes. De hecho, veremos en su momento cómo otro flósoFo
recurrió a ese mismo principio para demostrar precisamente la inexistencia de Dios.
Pero no son mutuamente excluyentes, como evidentemente demuestra el caso
de Leibniz, quien como vemos creyó en Dios, y al mismo tiempo fue una de las
mentes más informadas, fértiles
y poderosas que ha visto la Filosofía en sus dos
mil quinientos años de vida. En este caso, el que compartamos o no su respuesta,
no tiene por qué impedirnos compartir el asombro que expresa su pregunta.
De hecho, cualquiera que se acerque a las obras de grandes flósoFos como
Descartes, Spinoza, Leibniz o Kant, encontrará que en ellas con mucha frecuencia
se habla acerca de Dios. Por no hablar de las obras de San Agustín o Santo Tomás
de Aquino, en las que Dios es precisamente el concepto central. Todas ellas serán
brevemente comentadas
en los
posteriores Bloques de este libro. Veremos que,
especialmente durante la época conocida como la Edad Media,
la
Teología
( el
estudio de las cosas divinas: theos, dios y logos tratado, estudio de) fue durante
mucho tiempo una parte importante de la Filosofía. No fue sino hasta los siglos XVIII
y XIX que encontramos una separación casi defnitiva entre ambas, que perdura
hasta nuestros días.
Podemos considerar que ya conocemos las principales preguntas de la Metafísica.
En cuanto a las respuestas, veremos lo que pensaron al respecto los más relevantes
flósoFos, cuando estudiemos las grandes épocas en que se dividen comúnmente
los dos mil quinientos años que llevan los hombres flosoFando.
También hay que
reconocer que la Metafísica se cultiva cada vez menos.
Entre
los grandes flósoFos del siglo XX, quizás sólo Martin Heidegger haya renovado el
interés y la perspectiva de la Metafísica, entendida como la rama de la Filosofía que
se pregunta por el Ser.