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Libro para el maestro
ANEXO 3
ESPAÑOL
III
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Correspondencia desde Transilvania
Aura Elisa Álvarez Villaseñor
Agencia Inmobiliaria “Viva para siempre”
Calle Transilvania Castillo No. 1897.
World Trade Center, Universum.
A 25 de septiembre de 1966.
Rumania esquina con Yugoslavia. Col. Nueva Valaquia
a 11 de febrero de 2007.
Querido bisabuelo Drako:
Estamos en Rumania en un antiguo castillo que ahora el gobierno ha convertido en una
escuela secundaria. Ahí estudian y viven durante todo el tiempo los niños extraviados de los
pueblos cercanos.
No entiendo por qué en los picaportes de las ventanas siempre cerradas, están, sin faltar en
ninguna, un montón inútil y maloliente de cabezas de ajo metidas en bolsitas de tul.
El idioma parece alemán “subanempujenestrujenbajen” o algo por el estilo, ni mis padres ni yo
entendemos un chin.
.. poquito. Nos han dado hospedaje provisionalmente en el castillo esco-
lar. En el farol de la entrada, los vampiros dan vueltas insistentes y ociosas.
Por las noches, la luna color naranja me deja ver las copas de los árboles desde mi cama.
Más tarde, unos golpes en la ventana me hacen pegar un brinco de la cama. Los bichos se
quedan en el aire, quietos, sin volar. Esos animalejos como ratones pero con alas y ojillos rojos
me hipnotizan a tal punto que no puedo dejar de mirarlos. Como ves, cada vez estoy más
interesada en nuestros remotos orígenes y espero impaciente que me permitas visitarte.
Te abraza con cariño, tu bisnieta
Drakita.
“Correspondencia desde Transilvania”
. Aura Elisa Álvarez Villaseñor. 6
o
grado. 11 años.
Estimado Conde Bram, Amigo Mío:
Como acordamos anteriormente, espero en estos días su visita. Le darán la bienvenida a este
castillo, que es tanto mi casa como vuestra, cientos de nidos de hermosos murciélagos que
habitan en los jardines, revoloteando alegremente. Si viene aquí, cuanto antes dejará de oír de
todos los impertinentes, esa molesta pregunta que también me hacían cuando lo conocí:
—¿Por qué está usted tan pálido? A lo que respondía, con otras palabras:
—Debe ser herencia genética, o señales de la vejez: crecen las orejas y también los dientes. ¿Qué
culpa tengo yo de ser tan feo que ni siquiera los espejos quieran mirarme?
Después de que los peores locos de Hollywood se dieron cita en este pueblo, usted y los de
nuestra especie dejamos de ser novedad.
No sabe cuánto me trastorna cómo a mis 277 años en plena juventud, deba retirarme a una
vida más tranquila. Sólo espero que podamos pactar nuestro negocio en cuanto usted tenga la
amabilidad de acompañarme. No soporto más ser confundido con ese Jack Sparrow y que
supongan que esto es una viscosa fábrica de chocolate.
Su eterno amigo.
Drak King.