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Libro para el maestro
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SECUENCIA 12
ban un cambio en la forma de gobernar. La situación llegó a su punto más alto durante
la presidencia de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970), pues éste veía en los movimientos
estudiantiles una amenaza que no provenía exclusivamente de las demandas de mayor
participación política, sino de la influencia de las ideas socialistas y de la excesiva
simpatía de numerosos mexicanos por la Revolución cubana. Además, México había
sido elegido sede para los Juegos Olímpicos a realizarse en 1968, por lo que el presi-
dente y, con él numerosos miembros del gobierno, buscaron mantener la estabilidad a
toda costa.
Un gran mitin tuvo lugar el 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas
en la capital del país, donde los principales líderes estudiantiles pronunciarían sus
discursos frente al público reunido. En un principio a nadie le extrañó la presencia
del ejército en la plaza, pues constantemente vigilaba las reuniones públicas de los
estudiantes. Sin embargo, al anochecer comenzó una fuerte balacera que terminó
con la vida de muchos de los presentes e hirió a varios más. Decenas de estudiantes
fueron detenidos por el ejército y enviados a campos militares. Para muchos, se trató
de una represión abierta del movimiento estudiantil por parte de las autoridades,
para otros, fue producto de la confusión y el desconocimiento entre los diversos
grupos del ejército presentes. Lo cierto es que el movimiento estudiantil terminó
violentamente, y lo ocurrido el 2 de octubre de 1968 marcó el destino del sistema
político mexicano en el mediano y largo plazo.
La Plaza de las Tres Culturas —ubicada en la capital del país— recibe su nombre porque en ella coexisten ruinas
prehispánicas, el edificio del Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco, erigido por los evangelizadores españoles y el
moderno edificio de la Secretaría de Relaciones Exteriores. De manera que en el sitio se reúnen la cultura prehis-
pánica, la española y la del México moderno, esta última producto de las dos anteriores.