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Adviertes la condición humana derivada
de la Filosofía posmoderna
Pero el siglo XX no tardó en mostrar también un rostro más oscuro. En 1914
estalló la Primera Guerra Mundial; la humanidad nunca había visto un con²icto
tan sangriento. Todo el impresionante avance científco atesorado durante el siglo
anterior,
junto con
la impactante capacidad para convertirlo en efcacia tecnológica,
Fue puesto al servicio de una fnalidad exclusiva: aniquilar ejércitos enemigos.
También fue desviada hacia este objetivo la inmensa capacidad productiva
adquirida por las naciones más “avanzadas” gracias a
la experiencia histórica de la
Revolución Industrial. Fue precisamente eso, la primera
guerra industrial, en que la
ametralladora, la trinchera, el avión, las armas químicas y los primeros tanques se
conjugaron en gigantescas maquinarias asesinas que se confrontaron entre sí a lo
largo de cuatro terribles años.
ue una dura prueba para la confanza en el hombre y en su capacidad de darle a
la historia una dirección afín a sus ideales. Además, aun con toda su destructividad
nunca vista hasta entonces (esta guerra causó aproximadamente 16 millones de
muertes, principalmente de franceses, alemanes, rusos e ingleses; ciudadanos
precisamente de
las patrias de muchos de los flósoFos que hemos estudiado…),
la Primera Guerra Mundial no pareció haber agotado las tentaciones e ímpetus
violentos: por el contrario, dio pie a una renovación y a una
multiplicación de los
rencores y los reclamos.
Una de sus consecuencias fue el surgimiento y ascenso de movimientos políticos
ultranacionalistas y agresivos, notablemente el
fascismo
italiano (que por cierto tuvo
numerosos seguidores en Latinoamérica), y sobre todo el
nacionalsocialismo
, más
recordado como
nazismo
,
alemán.
El nazismo no fue solamente ultranacionalista, sino abiertamente
racista
. Su líder,
Adolfo Hitler,
explícitamente afrmaba que había una jerarquía de “razas” humanas.
Es decir, según él había unas “razas” inferiores
y otras superiores. En lo más alto
de esa jerarquía estaba, como podemos imaginarnos, la “raza aria”, es decir, los
alemanes, a la que además la ideología nazi concedía una especie de derecho
natural a dominar, despojar y explotar a otras razas, como la “raza eslava”, en la
que,
según
este
esquema, estaban incluidos los pueblos de Rusia y Polonia.
Hitler además aseguraba haber llegado a estas “conclusiones” a partir del estudio
de rigurosas investigaciones científcas, y de un
vasto y minucioso
trabajo de
interpretación
de
textos históricos.
Esta ideología dio lugar a un Estado
totalitario
y a un gobierno represivo. Los
flósoFos de la política han debatido mucho acerca de lo que es un Estado totalitario,
pero para nosotros será sufciente considerar como tal a un Estado que pretende
controlar todos los aspectos de la sociedad, incluido lo que ocurre en el fuero íntimo
de los ciudadanos, es decir, las ideas, los sentimientos y los proyectos. Un estado
totalitario pretende decirle
a la gente qué debe creer, y qué es lo que no puede
pensar.